Cuando eres pequeña piensas que el mundo es lo mejor, que no hay nada mejor que jugar al escondite y al pilla-pilla. Pero cuando vas creciendo te das cuenta de que si la vida es lo mejor, pero también te da muchos palos. Puedes pensar que tienes cientos de personas a tu alrededor y llamarlos amigos pero mas bien serian conocidos, porque los verdaderos amigos son los que están hay cuando tus conocidos te han dado un palo o te han echo daño. La descripción que da el diccionario de la real academia sobre estos termino es:
-Conocido: Persona con quien se tiene trato o comunicación pero no amistad.
-Amigo: Persona con la que tienes amistad.
Por tu vida pasan muchos ``conocidos´´ pero los que verdaderamente perduran son los ``verdaderos amigos´´. Ahora ya una vez leído esto vosotros pensad lo que queráis, si queréis llamar a vuestros conocidos-amigos allá vosotros si luego os dan un palo no os asustéis.
Bss enamoradit@
Siempre andan igual, siempre con la misma historia, siempre discutiendo o peleando, siempre buscando estúpidas escusas para estar juntos. Ya llevan por lo menos quince minutos con el guión de siempre: él la asusta, ella intenta pegarle, él la esquiva, ella se enfada y lo vuelve a intentar con más ahínco, él se ríe la coge y la inmoviliza, la abraza por detrás fuerte, muy fuerte, ella lo intenta de mil maneras pero no puede escapar de sus brazos, lo cierto es que tampoco pone todo su empeño, en el fondo le gusta estar con él, tan cerca de él. Al pasar varios intentos, gritar y fingir el mayor de los enfados ella le acaba diciendo:
-Suelta me, ¡YA!
Él divertido, con una sonrisa pícara se acerca a su oído y le susurra:
-¿Y si no quiero?
Un escalofrío recorre todo el cuerpo de la chica, empezando por su oreja y acabando por sus pies, sin querer se estremece y para desgracia suya él lo nota y le dice:
-¿Qué te ha pasado que ni me gritas ni me pegas?
-¡Ahora verás, idiota!
Se gira con todas sus fuerzas y se abalanza sobre él con todas sus fuerzas, muerde su oreja pero baja el ritmo, la muerde despacio y con suavidad una simple caricia que hace que él relaje todos sus músculos y sin quererlo se da por vencido. Ella es ahora la que sonríe y le dice:
-¿Qué te ha pasado que ya no me sujetas con fuerza para que no me escape?
-Asko maite zaitut.
-Jo també t'estime molt.
Y de éste modo se dijeron te quiero y pasaron de las peleas a los besos, hasta que llegó Septiembre.
